Alessandro Malaspina a Paolo Greppi   [1]

Acapulco, 27 aprile 1791

 

       Dos cartas tuyas de 26 y 27 de octubre del año pasado me alcanzaron en diferentes épocas en Acapulco, adonde llegué el 27 de marzo, cansado de calmas y contrariedades que, además de entretenerme unos 56 días desde las costas de Guatemala, casi sin hacer cosa alguna, trastornaron con ecceso nuestras medidas para este año. Esperando la «Atrevida», que havía ido a San Blas, y deviendo hacer algunas obras en la corveta, aproveché unos 20 días para ir a México y hacer una visita a nuestro virrey [2] , el cual me preguntó por tí y encargó que te saludase. El conde ha tomado las mejores medidas para perfeccionar el estado de este reino, visto el qual puedo decirte que todo buen vasallo deve desear que quitasen a la Monarquía todo lo demás [3] .

       Con esta escursión, y con la bondad con que toda persona istruida me ha franqueado sus conocimientos, he podido finalmente completar mi cabal idea de la América, sobre cuya vista nivelar los intereses recíprocos de cada provincia entre sí y del total de la América relativamente a la Europa o España. Espero poder servir a el ministerio si quiere tratar de un sistema general sobre principios sólidos y duraderos. El comercio, la defensa y la legislación de la América jamás podrán entenderse a fondo mientras no se recorrán, como acavo de hacer, sus principales establecimientos, sin preocupaciones de imitación, intereses o reglas fijas. Enfín si, como lo deseo cada día más y más, puedo una u otra vez alcanzar con tigo una vida sosegada y filosófica, verás que el agradecimiento a una nación que me ha favorecido con su confianza, opera en mí con un vigor proporcionado, y que he procurado no desmentir ni un momento los deveres que me impone mi nacimiento. Puede ser que a el disiparse el velo que una mala política ha conservado desde la conquista sobre los ojos, y el sistema de la nación adquiera asta aquella energía que le conviene, y que en el día, si huviese esplayado su fuerza, no nos huviera echo víctimas de una nación altanera, que está labrando con sus mismas manos su ruina no distante.

       No quiero en lo venidero que te canses con detallarme las noticias de Europa que ya afuerza de tiempo, de distancia y de gacetas van siendo indiferentes. Áblame de tí y de nuestros amigos y economiza tu salud que tanto deve interesarnos. Nada me has dicho después de Bazzoni [4] con que no he allado oportuno el corresponderme con él y he preferido escrivir a Marliani [5] , del qual no he recivido aún respuesta. Le embio aora mil y quinientos pesos fuertes: los quinientos de Francisco, che hace entregar a mi hermano por su país, y los mil por los cincuenta doblones que te deve Galiano, y la cuenta mía última de livros, remesas de tabaco a mí m[ad]re etc.

       A el mismo Marliani entregarán también una caja con quina esquisita, igual en un todo a la que va desde Cuenca [6] para el rey; le aviso las partes que se han de hacer y en ellas puedes imaginar que tú estás particularmente comprendido.

       Celebraré que te haya llegado y gustado la remesa de istoria natural que te hize desde Lima por manos del amigo Larreta, otra irá a mi buelta aquí por Vera Cruz.

       Concluidas, o por mí a la buelta, o por Galiano si no bolviésemos, las cartas de este mar, aún con mayor perfección de que podía desearse, ilustrado el viaje con una infinidad de conocimientos útiles y manifestándose el sr. Bailío [7] bien contento de lo que he echo hasta aquí, créeme que me considero bastantemente feliz, aunque aún me quede una infinidad de trances críticos en que provar la fortuna y un plazo harto distante para mi regreso a Europa. No me atrevo a determinarlo aún; pues creo que, regresando del N. en el próximo octubre, iremos acercándonos acercándonos tan paulatinamente a las Filipinas que no estemos allá hasta mediado 92;  en cuyo caso seremos harto felices de completar todas nuestras excursiones para principios de 94, tanto más que insisto a el amigo Bustamante que no devemos omitir la perfección de cosa alguna, de las que tenemos entre manos, por la sola ventaja de 8 a 10 meses.

       Con este buen amigo y con todos los de entrambas corvetas reina la más perfecta amistad. Todos admiran nuestro buen humor, nuestra costancia en el travajo y nuestros semblantes, por lo común mejores que quando salimos de Europa. Es una tristeza general la separación de algunos en el día, aunque sólo se dirija a la mayor perfección de la obra [8] , a su más breve publicación y a el beneficio general en los ascensos.

       No te di[rí]a tantas bagatelas de la expedición sino supiese lo que te interesas en mis cosas, como también me lo manifiestas en tu cariñosa carta. Espero efectivamente que mi hermano con su actividad y la tuya salga avante de mis asuntos de religión [9] . En la situación en que puedo allarme a la buelta me conviene mucho tener un asilo a la vista para que ni los émulos puedan atropellarme, ni yo verme en el riesgo de umiliarme o entrar en el número de los cortesanos. Sobre todo podré esplayar acía el bailío Valdés mi puro agradecimiento sin meterme ni a proyectista ni a pretendiente, términos que en nuestra actual situación deven hacer temblar a qualquiera [10] .

       Me harás el gusto de hacer llegar la adjunta a mi hermano y remitirle copia o total o parcial de la narración que te remito; como me encargas yo seguiré embiando tus cartas bajo cubierta de Alberto o de tu casa; me parecen las mejores vías para que las recivas con seguridad.

       Nada me dices de Carmichael, Turconi, Trotti y Buchetti. Salúdalos encarecidamente de mi parte, si estuviesen por allí, y recive memorias de Bustamante, Galiano, Viana, Espinosa y Valdés.

       Por Dios, no te ciegue la amistad, ni recuerdes más que una buena voluntad y tal qual constancia quando ablas de tu eterno.

 

P.S. Después de escrita ésta, y casi a el momento de dar la vela, llega una embarcación de Guayaquil [con] todas tus cartas, que aún no havía recivido, y las que me incluyes por duplicado de mi hermano. Amadísimo amigo, cuanto te debo así por lo que haces a favor del conseguimiento de mi cruz, como por la paciencia y claridad con que, entre mil quehaceres, te ocupas de detallarme el verdadero estado de Europa. Pero sobre todo lo que he agradecido a el sumo es una noticia individual de tu situación y la memoria de tus buenos amigos, que deven serlo míos también. Cuanto siento el no poder a veces participar como amigo de tus disgustos y de tus satisfacciones, tanto más que el número de aquéllos sobrepuya mucho a el de éstas. Espero oirte por algún tiempo en Italia a el lado de tu padre y no hacer caso de las críticas de tus compañeros... ciertamente conocen mejor la casa que la Corte. Adiós; verifico la salida a el primer día de mayo y deseo mucho encontrar en México cartas tuyas de respuesta, en las quales, como ya te insinué, economiza tu tiempo precioso en cuanto a noticias públicas. Las tuyas y de los amigos son las que únicamente me interesan en el día.

       Has aconsejado con el mayor acierto a mi hermano sobre su viaje a Malta por mi cuenta y la falibilidad de mi galera [11] . Verás, en lo que antecede, que no busco con la cruz un medio de no travajar, solo sí un garante de no umiliarme ni ser oprimido. Adiós, mil veces adiós.


[1] Originale in ASMi / Greppi (cart. 193, n. 40); Caselli, pp. 169-173; Manfredi 1999, pp. 258-263.  [Criteri di edizione]

[2] Viceré della Nueva España era il conte di Revillagigedo, che in Spagna doveva aver fatto conoscenza e stretto amicizia col Greppi.

[3] Malaspina doveva essere tanto persuaso delle ottime qualità di statista del Revillagigedo, che penserà proprio a costui - quale ministro della Guerra e delle Finanze - nel piano di "rimpasto" governativo che proporrà alla corona nel 1795.

[4] Carlo Bazzoni, viceconsole imperiale a Cadice, finanziere e commerciante italiano operante in Spagna. Con costui, in seguito, Malaspina intratterrà corrispondenza, regolare quanto i tempi lo permettevano (sue lettere si conservano in ADMM) e si avvarrà continuativamente dei di lui servigi.

[5] Giuseppe Marliani, lombardo ma residente a Cadice, era socio di Greppi, essendo subentrato al padre Pietro, morto nel 1787. Giuseppe morirà nel 1798. Sui Marliani v. G. Liva, «L'Archivio Greppi e l’attività della filiale di Paolo Greppi a Cadice nella corrispondenza commerciale (1769-1799)», Archivio Storico Lombardo, CXXI (1795), Milano, Cisalpino, 1996, pp. 431-487.

[6] Intende non la città di Spagna, ma l'omonimo insediamento sito nel Regno di Quito.

[7] Intende il ministro Antonio Valdés, che era balì dell'Ordine di Malta.

[8] Allude ad Antonio Pineda, a Luis Neé, a Dionisio Alcalá Galiano ed agli altri uomini che rimarranno nella Nueva España mentre le corvette si dirigeranno al nord.

[9] E' ancora il tema della commenda dell'Ordine di Malta.

[10] Non si può non sottolineare quanto aperta sia, in Malaspina, la contraddizione tra le conclamate professioni di non volersi atteggiare a "progettista politico" e la successiva presentazione di concrete proposte riformatrici riguardanti l'impero spagnolo.

[11] Allude alle galee, che costituivano il nerbo della flotta dell'Ordine di Malta.

Text courtesy of the Centro di Studi Malaspiniani, Mulazzo, Italy; notes by Dario Manfredi. 

 

 

Updated: June 5, 2018