Historia

ARTHUR PHILLIP

DEFENSOR DE COLÔNIA,

GOBERNADOR DE NUEVA GALES DEL SUR

por Robert J. King

 
[Primero publicado en Revista Naval (Montevideo) no.40, agosto 2001.]



Historiador australiano participante del Simposio de Historia Marítima y Naval lberoamericana que se desarrolló en la Isla Fiscal, Río de Janeiro en el mes de Octubre de 1999. Docente en Historia, se halla investigando la presencia británica en la marina portuguesa en el siglo XVIII, en particular en el Río de la Plata.


Cuando el Gobierno Britanico decidió, en agosto de 1786, fundar una colonia en Nueva Gales del Sur, el hombre elegido para ser su primer Gobernador fue un capitán naval, Arthur Phillip. Había prestado servicios para la Marina Real Portuguesa en Brasil desde 1775 hasta 1778, durante la Tercera Guerra de Colonia. La conexión entre estos servicios y su designación en setiembre de 1786 como Gobernador de Nueva Gales del Sur ha sido rastreada por tres historiadores australianos: Kenneth Gordon McIntyre, The Rebello Transcripts: Governor Phillip's Portuguese Prelude [1] /Las Transcripciónes de Rebello: El Preludio Portugués del Gobernador Phillip/; Alan Frost, Arthur Phillip, His Voyaging [2] /Arthur Phillip, Sus Viajes/; y Maurine Goldston-Morris, OAM, The Life of Admiral Arthur Phillip, RN 1738-1814 [3] /La vida del Almirante Arthur Phillip, RN 1738-1814/.
 
Phillip fue reclutado para la pequeña flota comandada por el irlandés Robert McDouall que había sido formada para defender la frontera marítima de Brasil por Martinho de Mello e Castro, el Ministro de Portugal para las Colonias y la Marina. Phillip había alcanzado el grado de teniente en la Marina Britanica du­rante la Guerra de los Siete Años, y al pasar a prestar servicios con los portugueses en ene­ro de 1775, recibió el grado de capitão-de-mar-e-guerra.
Una vez llegado a Río de Janeiro, se le dío el comando de una fragata de 20 piezas deartillería, la Nossa Senhora de Pilar, y en setiembre de 1775 fue enviado al establecimien­to fronterizo de Colônia de Sacramento sobreel Río de la Plata. [4] En ese momento, Colôniase encontraba bajo un fuerte bloqueo por par­te de las fuerzas españolas, a pesar de queEspaña y Portugal formalmente estaban en pazdesde el fin de la Guerra de los Siete Años en 1763. Colônia había sido capturada por fuerzas españolas en octubre de 1762 pero, a pesar de que un intento portugués por retomarla en enero de 1763 había sido rechazado, consideraciones diplomáticas habían hecho que se restituyera a Portugal en virtud del tratado de paz. En este viaje, Phillip, a bordo de la Pilar, transportaba un cargamento de degredados (presidiarios sentenciados a trabajos forzados) y algunas tropas. Durante el viaje estalló una severa epidemia de enfermedad y Phillip se vio forzado a recurrir a los degredados para que ayudaran a salvar al buque (las tropas se negaron a ayudar). En recompensa, Phillip prometió recomendar una disminución de sus sentencias, lo que hizo una vez que la Pilar llegó sana y salva a Colônia. [5] Allí, las tropas de la guarnición fueron llevadas a bordo y la Pilar zarpó de regreso a Río de Janeiro. Un cambio en la política hizo luego que las mis­mas tropas fueran enviadas de regreso a Colônia en la Pilar, que llegó a ese lugar por segunda vez a mediados de diciembre de 1775. Desde ese momento hasta que fue retirado en noviembre de 1776, salvo el período de co­mienzos de enero a mediados de abril de 1776 en que fue enviado a navegar fuera del estua­rio del Río de la Plata, Phillip permaneció des­tinado en Colônia como comodoro. La mayor parte de ese tiempo sólo estuvo al comando de su propio buque.

Los españoles habían equipado varias balandras como guarda costas para perseguir y capturar a los barcos brasileros de pesca y comercio que se dirigían a Co1ónia. Phillip entendía que era su deber actuar en forma enérgica para mantener alejados a los guarda costas, a pesar de que el Gobernador de la praça, Francisco José da Rocha, temía que esto pudiera provocar un ataque de las fuerzas es­pañolas en represalia.
 

No obstante, Phillip no dudaba en hacer fuego sobre los buques españoles cuando estos rehusaban saludar la bandera portugue­sa y el riesgo trajo buenos resultados ya que los guarda costas, a partir de ese memento, fueron más circunspectos hacia los barcos portugueses, produciendo así un cierto alivio del bloqueo. [6] La conducta de Phillip enColônia fue elogiada por el Virrey, el Marqués de Lavradio, en un informe sobre los oficiales de la flota escrito el 22 de octubre de 1777: "Cuando en Colônia él, con solo su propia fragata, hizo que los españoles respetaran esa fortaleza como debían hacerlo". [7]

 

Lavradio recibió un mensaje de Phillip fe­chado el 18 de noviembre de 1776 informando que la praça necesitaba provisiones y corbe­tas armadas urgentemente y manifestando que su buque era el único barco de guerra allí. Y agregó: "No le hablo a Su Excelencia del peli­gro, que corren los barcos que vienen a esta praça debido a los Guarda Costas españoles que están permanentemente patrullando, ni de la fuerza que se necesitaría an este Río si estallara la Guerra, algo que Su Excelencia sabe mejor de lo que yo puedo decir." [8]

 

La guerra de la cual hablaba Phillip estalló de verdad debido a que en abril de 1776 Portu­gal recuperó la vila de Río Grande de las fuer­zas españolas que la habían capturado duran­te la Guerra de los Siete Años. Una incitada España organizó una flota de más de 100 bar­cos bajo el comando del Almirante Casa Tilly para conducir a un ejército de 10.000hombres bajo el mando de Pedro de Cevallos de Cádiz, con el propósito de capturar la isla de Santa Catarina y toda la costa al sur de la misma hasta el Río de la Plata. El territorio capturado se agregaría al territorio gobernado desde Bue­nos Aires y Cevallos fue designado primer Vi­rrey de la extendida provincia. Para hacer fren­te a esta amenaza, Lavradio le ordenó a McDouall que concentrara su flota de nueve buques de guerra, incluyendo la Pilar de Phillip, para defender Santa Catarina. Cuando la flota de Casa Tilly llegó a cierta distancia de la isla el 17 de febrero de 1777, McDouall se rehusó a entrar en combate. En un consejo de guerra que McDouall convocó para discutir si atacar a la flota española o no, seis de sus capi­tanes apoyaron su decisión de no entrar en combate, mientras que Phillip y José de Mello y Brayner prefirieron atacar." [9] Triunfó la mayoría y la flo­tilla se retiró a Río de Janeiro, dejando a Santa Catarina y su capital, Desterro, a merced de Casa Tilly y Cevallos. A pesar de que esta medida preservó la escuadra para actuar bajo circunstancias más favorables, Lavradio se exasperó por lo que consideró una conducta cobarde de McDouall y, por el contrario, se quedó favorablemente impresionado con la actitud agresiva de Phillip. En su informe so­bre los oficiales de la flota del 22 de octubre de 1777, Lavradio escribió sobre Phillip: "Cuando la Flota zarpó de Santa Catarina al recibir noti­cias de la Flota española, é1 hizo todos los es­fuerzos posibles para inducir al Jefe a atacar al enemigo; y al ver que no lo hacía, le escribió una carta privada implorándole, por considera­ción a su propio honor y al de la Nación, que no se abstuviera de atacarlos". [10]

 

La escuadra de McDouall zarpó nueva­mente de Río de Janeiro el 1º de abril de 1777 con el propósito, de cortar las líneas de sumi­nistros españolas entre Santa Catarina y el Río de la Plata. El 19 de abril, el San Augustín, un acorazado español de 70 piezas de artille­ría proveniente de Montevideo, se encontró con los buques de McDouall a cierta distan­cia de Santa Catarina. José de Mello, en la Prazeres y Arthur Phillip en la Pilar encabe­zaron el ataque sobre el San Augustín, a pe­sar de la superioridad de armamento del barco español, y ambos pudieron dar en el blanco. Tras una persecución que duró toda la no­che, al amanecer el San Augustín se encontró con McDouall y todos sus barcos y luego de una corta acción arrió la bandera y se rindió. Lavradio quedó impresionado con la audacia de Phillip al atacar a un acorazado de 70 pie­zas de artillería con su fragata de 26 piezas, tal como lo registró en un despacho del 2 de ju­nio de 1777 a Mello e Castro: "El Capitán Arthur Phillips llegó con su fragata y el ene­migo le permitió acercarse porque pensaron que este buque era uno de los suyos ya que no podían convencerse de que un barco tan pequeño y débil en artillería se aventurara a atacar a un buque de 70 piezas de artillería. Fue recién cuando el Capitán Phillips les hizo una descarga con todas sus piezas que se percataron de que era una de nuestras fraga­tas." [11] El San Augustín fue puesto en servi­cio en la Marina Portuguesa como el Santo Augustinho y el comando del mismo le fue entregado a Phillip.
 

La guerra llegó a su fin en agosto de 1777 cuando llegó al Brasil la noticia de que las cortes de Portugal y España habian acordado una tregua que el 1º de octubre se convirtió en paz por el Tratado de San Ildefonso. Este último establecía un arreglo total para todas las disputas territoriales entre las dos monar­quías, tanto en el hemisferio oriental como en el occidental. Santa Catarina se devolvió a Portugal, se reconoció la posesión portugue­sa de Río Grande y Portugal renunció a sus reclamos sobre Colônia. A efectos de elimi­nar toda causa de desacuerdo, "aun con res­pecto a los dominios en Asia," Portugal cedió a España todos los derechos sobre las Filípi­nas, Marianas e islas adyacentes que hubie­ran podido reclamarse según el Tratado de Tordesillas de 1494 o el Tratado de Zaragoza de 1529. [12]
 

España estaba preparada para ser genero­sa con Portugal debido a la perspectiva ame­nazadora de una guerra con Gran Bretaña. Las colonias britanicas en América del Norte ha­bian declarado su independencia el 4 de julio de 1776 y ya estaban recibiendo ayuda secreta de España y Francia. Francia declaró la guerra a Gran Bretaña en apoyo de los Americanos en julio de 1778. Phillip se enteró de esto a su regreso a Lisboa en agosto (había sido asigna­do a la escolta de un convoy desde Río de Janeiro) y decidió dejar de prestar servicios con los portugueses y volver a la Marina Británica. El 24 de agosto renunció a su cargo y un mes más tarde se embarcó para Inglaterra. Llevaba una carta de Mello e Castro elogiando sus ser­vicios, manifestando que la Reina había sido incapaz de rechazar su "admirable resolución" de prestar servicios en su país y trasmitiendo su deseo de que obtuviera un ascenso en la Marina Británica. [13]
 

La confianza de Phillip con respecto a su futuro en la Marina Británica se habría incrementado por su conocimiento de que, además de la carta de recomendación de Me­llo e Castro, é1 llevaba consigo artículos de valor más concreto. Eran Las cartas de las costas y puertos de Brasil y el Río de la Plata que é1 había hecho o copiado mientras prestó servicios. Quizás haya sido una expectativa de que é1 volvería de Brasil con tan valiosa información lo que llevó al Almirante Augustus Hervey a recomendar la designa­ción de Phillip para prestar servicios con los portugueses en 1774. [14] Hervey, uno de los Lores del Almirantazgo, aparentemente ya había empleado a Phillip para espiar las insta­laciónes navales francesas. [15] Las costas y puertos de Brasil eran poco conocidas para Inglaterra en esa época y la información con respecto a los mismos podría resultar util para Gran Bretaña algún dia. De todos modos, Hervey se había retirado cuando Phillip vol­vió a la Marina Británica y le resultaba nece­sario obtener un nuevo protector. La entrada de España en la guerra contra Gran Bretaña en junio de 1779 le dio la oportunidad a Phillip de sacar provecho de su conocimiento de América del Sur, dado que el Gobierno Británico adoptó planes para atacar las posesiones de España en esa parte del mundo.
 

El 19 de julio de 1780 Phillip le escribió a1 Primer Lord del Almirantazgo, el Conde de Sándwich, ofreciéndole sus servicios. [16] Sándwich le respondió afirmativamente ya que Phillip tenía la información que él necesitaba para ayudar a planificar una expedición naval bajo el mando de George Johnstone a efectos de capturar la flota del tesoro español que en ese entonces se estaba reuniendo en Buenos Aires. En consecuencia, Phillip fue puesto en contacto con los más altos ministros de esta­do ya que la tarea de Sándwich y del Almiran­tazgo era ayudar al Secretario de Estado para Asuntos Interiores y Americanos, Lord Germain, quien tenía toda la responsabilidad de dirigir la Guerra Americana. Germain, Sándwich y Johnstone también consultaron al antiguo comandante de Phillip en Brasil, Robert McDouall, quien también había renun­ciado a su cargo con los portugueses. [17] Una carta de Phillip a Sándwich del 17 de enero, de 1781 registra el préstamo que Phillip hiciera a Sándwich de sus cartas del Plata y de las cos­tas brasileras para ser usadas en la organiza­ción de la expedición: "En las Cartas de la Costa del Brasil que tuve el honor de mostrarle a Su Excelencia, hay tres buenos fondeaderos don­de los barcos que necesitasen abastecerse de madera y agua só1o encontrarían unos pocos pobladores, en caso de no querer entrar a un puerto donde existiera una Guarnición. La mayor parte del material de estas Cartas pro­viene de Relevamientos regulares". El hecho de que Phillip esperaba beneficiarse si el ata­que sobre la flota del tesoro tenía éxito surge claramente de su solicitud de que se recono­ciera que las cartas eran de su propiedad: "No tengo duda de que cuando a Su Excelencia le plazca dará órdenes para que sean entrega­das a cualquier Buque de Su Majestad e a la Compañía de la India pero se darán órdenes para que yo pueda recoger el Crédito & Ventaja que surja naturalmente de las mismas. Las Copias que el Comodoro Johnson [es decir, Johnstone] deseaba están prontas." [18]
 

La expedición zarpó el 12 de marzo de 1781 con el objetivo adicional de intentar primero la captura de Ciudad del Cabo de manos de los holandeses, quienes ahora se habían uni­do a la guerra contra Gran Bretaña. Sin em­bargo, en camino hacia el Cabo, la flota de Johnsione fue atacada en las Azores por una escuadra francesa bajo las órdenes del Almi­rante de Suffren, quien luego se dirigió a re­forzar a los holandeses en Ciudad del Cabo. La acción de Suffren impidió eficazmente que Johnstone lograra los objetivos de su expedi­ción. [19] A pesar de este revéds, la estrategia de realizar ataques navales contra el imperio americano de España siguió siendo atractiva para el Gobierno Británico. Robert McDouall había zarpado en la expedición de Johnstone pero había sido destacado de la misma para dirigirse a Río de Janeiro en la balandra Shark, donde había obtenido información sobre las defensas españolas del Capitán William Robarts, uno de sus antiguos subordinados que aún prestaba servicios en la Marina Por­tuguesa. [20] Esta información fue usada en la planificación de la siguiente expedición con­tra la América española, algo que Lord Shelburne, la persona que había sucedido a Germain como Secretario de Estado para Asuntos Interiores y Americanos en un cam­bio de gobierno, estaba decidido a continuar.
 

En julio de 1782, en un cambio de gobier­no, Thomas Townshend asumió el cargo de Secretario de Estado para Asuntos Interiores y Americanos y, con el mismo, la responsabi­lidad de organizar una expedición contra la América española. Al igual que su predece­sor Lord Germain, recurrió al asesoramiento de Arthur Phillip. [21] El plan de Phillip era mon­tar un ataque sorpresivo sobre Buenos Aires y Montevideo usando una escuadra de tres acorazados y una fragata, desde allí dirigirse a las costas de Chile, Perú y Méjico para dedi­carse al saqueo y por último cruzar el Pacífico para unirse a la escuadra del Indico oriental del Almirante Hughes a efectos de atacar Manila. El plan incorporaba una propuesta hecha por el Capitán John Blankett a Lord Shelburne en agosto de 1782: "Esta expedi­ción podría dirigirse a la Isla de Sta. Catarina o Río Negro por inteligencia e agua y, en caso de no tener éxito en el Río de la Plata, dar la vuelta y dirijirse inmediatamente a El Callao. En caso de tener éxito en el Río de la Plato, la fuerza que estuviera en exceso podría ser en­viada como refuerzo a la India o a los mares del sur, según lo que las circunstancias del caso indicaran como más prudente." [22]
 

El plan guardaba una notable similitud con un plan promovido por el Capitán William Robarts, quien, en 1777, como Phillip, había sido un oficial británico en la escuadra de McDouall de la Marina Real Portuguesa en Brasil (había comandado la São João Baptista). [23] Es posible que los dos hubieran discutido tal operación en ese momento, cuan­do ambos estaban en Río de Janeiro. Robarts tambien había estado en Colônia en enero de 1763 cuando había comandado la fragata Ambuscade que formaba parte de una escua­dra de nueve buques bajo el mando de John MacNamara, quien había intentado infructuo­samente retomar el poblado despues de ha­ber sido capturado por los españoles al man­do de Cevallos. [24]
 

La expedición, que estaba formada por la Grafton, 70 piezas de artillería, la Elizabeth, 64 piezas, la Europe, 64 piezas y la fragata Iphigenia, zarparon el 10 de enero de 1783 al mando del Comodoro Robert Kingsmill. [25] A Phillip se le dio el comando de la Europe. 26] Poco dos­pués de zarpar, Gran Bretaña y España pacta­ron un armisticio. Phillip se enteró de esto en abril cuando entró a Río de Janeiro para repa­rar roturas producidas por una tormenta. Le escribó a Townshend desde Río de Janeiro el 25 de abril de 1783, expresándole su desilu­sión porque el fin de la Guerra Americana le había quitado la oportunidad de la gloria na­val en América del Sur:
 

Tuve necesidad de entrar a este puerto y le puedo asegurar, Señor, que la situación de las colonias españolas es tal como siempre la he imaginado... Todas las tropas regulares de Buenos Aires, Montevideo y las diferentes Guardias del Río de la Plata no llegan a qui­nientos hombres. No hay ningún buque de línea y só1o existen dos fragatas en el Río. Usted supondrá fácilmente, Señor, lo mortificado que me debo sentir al estar tan cerca y no tener libertad para actuar. [27]
 

En vez de regresar inmediatamente a In­glaterra para ser recompensado, decidió na­vegar hacia la India por el Cabo de Buena Esperanza para unirse al Almirante Hughes en Madras.
 

En ese memento, a mediados de 1783, el protector de Phillip, Lord Sándwich, junto con el Presidente de la Sociedad Real, Sir Joseph Banks, abogaban por el establecimiento de una colonia británica en Nueva Gales del Sur. [28] Una colonia en esa parte del mundo sería de gran ayuda para la Marina Real al facilitar los ataques contra las posesiones españolas en Chile y Perú, tal como lo señala­ban los colaboradores de Banks, James Matra, el Capitán Sir George Young y Sir John Call, en las propuestas escritas sobre ese asunto. Banks tenía gran influencia sobre la política gubernamental a través de su cargo como con­sejero de confianza del Ministerio del Interior y del Almirantazgo.
 

Después de regresar a Inglaterra desde la India en abril de 1784, Phillip permaneció en estrecho contacto con Townshend (ahora Lord Sydney) y el Subsecretario del Ministe­rio del Interior, Evan Nepean. De octubre de 1784 a setiembre de 1786 fue empleado por Nepean (quien estaba a cargo del Servicio Secreto con relación a los poderes de los Borbones, Francia y España) para espiar los arsenales navales franceses en Toulon y otros puertos.
 

A mediados de 1786, una nueva guerra con España, Francia y Holanda parecía inmi­nente come resultado de la guerra civil en Holanda y el Gobierno Británico tomó la deci­sión de fundar una colonia en Botany Bay, en Nueva Gales del Sur. Una de las razones para fundar la colonia era proporcionar una base naval para la Marina Británica en el Pacífico. Lord Sydney, como Secretario de Estado por el Ministerio del Interior, era el ministro en­cargado de esta empresa y en setiembre de 1786 designó a Phillip comodoro de la flota que debía transportar a los presidiarios y sol­dados que serían los nuevos pobladores de Botany Bay. Una vez llegados allí, Phillip asumiría los poderes de Capitán General y Gobernador en Jefe de la nueva colonia. Se fundaría una colonia subsidiaria en la Isla Norfolk, según lo recomendado por Sir John Call, para aprovechar el lino y la madera na­turales de esa isla con fines navales. La flota de Phillip zarpó de Portsmouth en mayo de 1787.
 

La flota hizo escala en Río de Janeiro du­rante su viaje a Botany Bay para obtener su­ministros esenciales. Esta estadía aparente­mente volvió a despertar la pena de Phillip por la oportunidad perdida de obtener una gloria naval a causa del fracaso de su expedi­ción de 1783. Desde Río de Janeiro, Phillip envió noticias a Sydney y a Shelburne (ahora Lord Lansdowne) en una carta a Nepean fe­chada el 2 de setiembre de 1787:
 

Usted sabe cuánto estaba interesado en la expedición propuesta contra Montevideo, y que se decía que los españoles tenían rnis tropas de lo que yo suponía. La siguiente relación la obtuve de una persona que estuvo allí durante toda la guerra y estoy seguro de que es exacta:
  Un regimiento por de bajo de700

Cuatro compañías de artillería 400

Dragones400
Dos batallones de infantería700
 
Las mismas fueron divididas entre la cos­ta norte y sur, y en diferentes ciudades. Mon­tevideo no habría sido defendida ya que la mitad de estas tropas no podrían haberse re­unido. Le agradecería que informe de esto a los Lores Sydney y Landsdowne; corrobo­rará lo que mencioné antes de dejar la ciu­dad. [29]
 

Al enviar esta carta, quizás Phillip no es­taba meramente lamentándose por las desilu­siones del pasado sino recordando a sus pro­tectores gubernamentales que la estrategia que respaldaba la expedición de 1783 aún se­ría viable en case de reanudarse las hostilida­des entre Gran Bretaña y España. Su recorda­ción de que el asunto había sido discutido antes de dejar Londres a principios de 1787 indicaría que Sydney estaba pensando en tal expedición en ese memento.
 

Los límites territoriales de Nueva Gales del Sur que Phillip proclamó cuando formalmente fundó la colonia el 7 de febrero de 1788 lo habrían hecho acordar de sus días en Brasil. El límite occidental de su jurisdicción fue fija­do en el meridiano 135° al este de Greenwich para que Nueva Gales del Sur incluyera toda la mitad oriental de Australia. Ese meridiano coincidía con la línea recíproca de la línea de demarcación reclamada por España según el Tratado de Tordesillas. La disputa entre Es­paña y Portugal sobre la ubicación de la línea de Tordesillas había traido muchos conflictos entre las dos monarquías, incluyendo la Ter­cera Guerra de Colonia que terminó con un arreglo definitivo del asunto en ambos hemis­ferios mediante el Tratado de San Ildefonso de 1777. Siempre hostil a las pretensiones de España en el Pacífico, Gran Bretaña se sintió libre para desconocer cualquier reclamo que el Rey de España pudiera hacer con respecto a Australia oriental segun los antiguos trata­dos cuando se tomó la decisión de colonizar Nueva Gales del Sur.
 

Cuando Phillip fue designado Gobernador de la colonia de presidiarios, la prensa de Lon­dres recordó, de manera algo tendenciosa, su transporte de degredados de Río de Janeiro a Colônia en 1776. Un artículo de The World del 10 de abril de 1789 expresaba: "BOTANY BAYEl Sr. Phillip, que está al mando, tiene la ayuda de la experiencia. Tuvo una expedi­ción similar que le confió Portugal para llevar presidiarios a América del Sur."
 

Sin embargo, no fue su experiencia en transportar presidiarios lo que hizo que Phillip se destacara ante los ojos de Sándwich y Sydney. Sus servicios en Brasil habian de­mostrado que era un oficial naval intrépido y capaz y le habían permitido estar bien infor­mado de la navegación en las aguas del sur del Brasil y Río de la Plata y de las defensas del imperio español en América del Sur. Eso fue lo que resultó valioso en él para atraer 1a atención de Sándwich y Sydney. Su adminis­tración competente como Gobernador y fun­dador de Nueva Gales del Sur desde enero de 1788 hasta que un quebranto de salud forzó su retiro prematuro en diciembre de 1792, jus­tificaba la fe de ellos en sus habilidades. Du­rante la Crisis del Estrecho de Nootka en 1790, se reavivaron los planes para atacar al impe­rio español en América y la nueva colonia de Phillip se consideró como un punto de escala para una expedición desde la India. No obs­tante, la crisis se resolvió antes de que estos planes pudieran ponerse en practica. [30]
 

La contribución de Phillip a la defensa de Brasil fue siempre recordada en ese lugar y tanto cuando hizo escala en Río de Janeiro en agosto de 1787 como comodoro de la flota que iba a colonizar Nueva Gales del Sur como durante su regreso a Inglaterra en febrero de 1793 fue colmado de atenciónes extraordinarias. [31] Los suministros que su flota recibió en Río de Janeiro en 1787 fueron esenciales para el éxito de la fundación de la nueva colonia y no cabe duda de que la provisión de esos suministros se vio enormemente facilitada por la buena reputación de Phillip. Watkin Tench, un Capitán de los Infantes de Marina, comentó sobre la visita de la flota en 1787: "Ciertamente, una parte de las numerosas atenciones que experimentamos durante nuestra estadía aquí se debe atribuir, sin lugar a dudas, al enorme respeto que los Portugueses tienen por el Gobernador Phillip, quien por muchos años fue capitán de su marina y comandó un buque de guerra en esta base, como consecuencia de lo cual se nos concedieron muchos privilegios, un trato que rara vez se daba a los extranjeros." [32] Río de Janeiro siguió siendo un puerto de escala vital para los buques británicos que aprovisionaban a la colonia de Nueva Gales del Sur hasta bien entrado el siglo diecinueve. [33]

PresentadoalVSimpósio

de HistóriaMarítimoe Naval

Iberamericano, llhaFiscal,

Río deJaneiro,Brasil,

25 al 19deoctubrede 1999



1. London, Souvenir Press, 1984.
2. Melbourne, Oxford University Press, 1987.
3. Monografía No.58 de la Sociedad Histórica Naval de Austrália, Garden Island, [1997].
4. Lavradio a Phillip, 18 de julio de 1775, Arquivo Nacional, Río de Janeiro, codex 70/8; Lavradio a Pombal, 13 de diciembre de 1775, Biblioteca Nacional, Lisboa, codex 10624, ff.98-103; Frost,Arthur Phillip, pp.70, 74. Lavradio a Bohm, 15 de Julho de 1775, “Correspondencia passiva do Tte.Gal. João Henrique de Bohm”, Boletim do Centro Río-Grandense de Estudos Históricos, Río Grande, 1(62), Out.1939.
5. Goldston-Morris, p.4.
6. Nicolás García a Orduy, 16 de diciembre, Orduy a Vertiz, 16 e 17 de diciembre, Vertiz a Orduy, 18 de diciembre Orduy a Vertiz, 25 de diciembre, Orduy a Rocha, 26 de diciembre, Rocha a Orduy, 27 de diciembre, Vertiz a Orduy, 30 de diciembre de 1775, todos adjuntos con Vertiz a Arriaga, 3 de enero de 1776, Archivo General de Indias, Seville, Buenos Aires caja 56.486; citado en Frost,Arthur Phillip, pp.77-83, 283-4.
7. "No tempo emqe isteve na Colonia sò com asua Fragata, fes conter os Castelhanos na quelle respto que elles devião ter à quella Praça." "Mappa dos Officiaes e Embarcaçoenz de Guerra, que servem na Esquadra", 22 de octubre de 1777, Arquivo Histórico Ultramarino, Lisboa, Río de Janeiro caixa 108, f.76; citado en Frost,Arthur Phillip, pp.81, 284; publicado en McIntyre, The Rebello Transcripts, p.232.
8. "Eu não fallo a V. Ex. do perigo q. correm as embarcações q. vem para esta praça com os Guarda Costas Castelhanos, q. sempre andão girando: nem da força q. pode ser preciça nesta Rio, se a Guerra se principiar, V. Ex. o sabe melhor do q. eu o posso dizer." Phillip a Lavradio, 18 de noviembre de 1776, Colecção de Senhor Marcos Carneiro de Mendonça, maço 31, f.41; citado en Dauril Alden, Royal Government in Colonial Brazil, Berkeley, University of California Press, 1968, p.221.
9. Phillip, Opinión de 20 de febrero de 1777, e José de Mello, Opinión de 20 de febrero de 1777, Arquivo Histórico Ultramarino, Lisboa, Río de Janeiro caixa 110, ff.34, 37; citado en Frost,Arthur Phillip, pp.83, 284.
10. "Quando a Esquadra salio de Sta Cathra, com a noticia da Esquadra Castelhana instou ao Chefe pª q~ attacarre aos inimigos; vendo q~ elhe o não fazia escreveo-lhe de amize pedindo lhe pa sua honra, e a da Nação os não deixarse de atacar." "Mappa dos Officiaes e Embarcaçoenz de Guerra, que servem na Esquadra", Arquivo Histórico Ultramarino, Lisboa, Río de Janeiro caixa 108, f.76; citado en Frost,Arthur Phillip, pp.81, 284; publicado en McIntyre, The Rebello Transcripts, p.232. Abeillard Barreto, "A Opção Portuguesa: Restauração do Río Grande e Entrega da Co1ónia do Sacramento, 1774-1777", História Naval Brasileira, Segundo Volume, Tomo II, Ministério da Marinha, Río de Janeiro, 1979. pp.284-7.
11. Arquivo Histórico Ultramarino, Lisboa, Río de Janeiro caixa 111, f.56; citado en Frost,Arthur Phillip, pp.81, 284; publicado en McIntyre, The Rebello Transcripts, p.229.
12. Carlos Calvo (ed.), Colección completa de tratados....de la América latina, Paris, 1862, Vol.III, pp.130-167.
13. Mello e Castro a Pinto de Souza, Embajador en Londres, 14 de setiembre de 1778, Arquivo Nacional da Torre do Tombo, Lisboa, Ministério de Negócios Estrangeiros, maço 61; citado en Frost,Arthur Phillip, p.91.
14. Hervey a Luiz Pinto de Souza, 25 de agosto de 1774; citado en McIntyre, The Rebello Transcripts, p.205.
15. Goldston-Morris, p.4.
16. PRO, ADM 1/2306; citado en Alan Frost, Arthur Phillip, p.98.
17. [MacDouall], Memorando con respecto a la colonización del Plata, sin fecha pero alrededor de octubre de 1780, PRO, FO 95/7/4, ff.517-24; citado en Frost, Arthur Phillip, p.283. En cierto momento los españoles sospechaban que la expedición estaría al mando de Phillip, "por su conocimiento de este Río". Francisco de Medina al Virrey Vertiz, 18 de mayo de 1780; Anibal M. Riverós Tula, "Historia de la Colonia del Sacramento, 1680-1830", Revista del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay, Montevideo, XXII, 1959, p.209.
18. Phillip a Sándwich, 17 de enero de 1781; Museo Marítimo Nacional (Greenwich), Documentos de Sándwich, F/26/23.
19. G. Rutherford, "Aspectos secundarios sobre la Expedición del Comodoro Johnstone al Cabo", El espejo del hombre del mar, vol.28, 1942, pp.189-212, 290-308.
20. McDouall, informe del 3 de junio de 1782 de Río de Janeiro, PRO, Documentos de Pitt, 30/8/345, ff.104-5; Gazeta de Lisboa, 21 de agosto e 11 de setiembre de 1781; citado en Alden, pp.500-01.
21. Vizconde Keppel, Primer Lord del Almirantazgo a Townshend, 25 de setiembre de 1782; Biblioteca Clements (Ann Arbor), Documentos de Sydney, 9; Biblioteca Británica, Registros de la Oficina de India, H 175, f.237; citado en Alan Frost, Arthur Phillip, 1987, p.114.
22. Blankett a Shelburne, agosto de 1782; Biblioteca Clements (Ann Arbor), Documentos de Sydney, 9; citado en Alan Frost, Arthur Phillip, p.114.
23. John Dalrymple, Memorias de Gran Bretaña e Irlanda, Londres, 1790, pp.315-9.
24. Aníbal M. Riverós Tula, "História de la Colonia del Sacramento, 1680-1830", Revista del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay, Montevideo, XXII, 1959, pp.646-7; Abeillard Barreto, "Tentativas Espanholas de Domínio do Sul do Brasil, 1741-1774", História Naval Brasileira, Secundo Volume, Tomo II, Ministério da Marinha, Río de Janeiro, 1979, p.204.
25. Lores del Almirantazgo a Kingsmill, 17 diciembre de 1782, Oficina de Registros Publicos (PRO), ADM 2/113: 522-3; Kingsmill a los Lores del Almirantazgo, 1 de enero de 1783, PRO, ADM 1/2015; Keppel a Middleton, 17 de diciembre de 1782, PRO, HO 28/2: 410-1; citado en Alan Frost, Arthur Phillip, Melbourne, OUP, 1987, p.114.
26. PRO, ADM 51/354; ADM 2/113; citado en Alan Frost, Arthur Phillip, Melbourne, Oxford University Press, 1987, p.114.
27. Registros de la Oficina de India, H 175, f.237; citado en Alan Frost, Presidiarios & Imperio: Una cuestión naval, 1776-1811, Melbourne, Oxford University Press, 1980, p.209.
28. James Matra a Banks, 28 junio de 1783, Adicional MS 33979 de la Biblioteca Británica: 206; publicado en Alan Frost, La vida precaria de James Mario Matra, Melbourne University Press, 1995, p.110.
29. PRO, CO, 318/9, f.197; publicado en Registros Históricos de Nueva Gales del Sur, Vol.I, Pt.2, p.ll4; Ver también Alan Frost, Arthur Phillip, p.116.
30. William Dalrymple a William Pitt, 10 de mayo de 1790, PRO, Documentos de Pitt, 30/8/28: 72-3; memorando por Lord Mulgrave [mayo de 1790], PRO, Documentos de Pitt, 30/8/360; Sir Archibald Campbell a Pitt [junio de 1790], PRO, FO 95/7/4: 501; Campbell a Pitt, 18 de octubre de 1790, PRO, FO 95/7/4: 484; Home Riggs Popham a Yorke, 26 de noviembre de 1803, Correspondencia y Memorias de Lord Castlereagh, Londres, 1848, vol.VII, pp.288-93; PRO, WO 1/178: 53-9; citado en Robert J. King, La Historia Secreta de la Colonia de Presidiarios,Sydney, 1990, pp.40-48.
31. Goldston-Morris, p.12.
32. Watkin Tench, Una narrativa de la Expedición a Botany Bay, Londres, Debrett, 1789, p.26.
33. Rudy Bauss, "La Importancia de Río de Janeiro para los Intereses Británicos, con Particular Atención para Australia, 1787-1805", Diario de la Sociedad Histórica Real Australiana, vol.65, pt.3, 1979, pp.145-72; y idem, "Río de Janeiro: Strategic Base for the Global Designs of the British Navy, 1777-1815", in Craig L. Symonds et al. (eds.) New Aspects of Naval History, Anapolis, Naval Institute Press, 1981, pp.75-89.

Updated: June 13, 2018